En esta conversación exploramos la ciencia detrás de los ejercicios hipopresivos: una metodología postural y respiratoria basada en la regulación de la presión intraabdominal, la activación refleja del core profundo y la reprogramación de patrones posturales. Nos acompaña Mariel Carmona, abogada titulada por la Universidad Iberoamericana, Health Coach certificada por el Institute for Integrative Nutrition de Nueva York, instructora de indoor cycling certificada e instructora de ejercicios hipopresivos (niveles I y II) en técnica tradicional y activa. Con ella entenderemos cómo esta práctica puede fortalecer el core, mejorar la postura y tonificar el abdomen, favoreciendo una salud estética y funcional más equilibrada.
“Lo que hace diferentes a los hipopresivos es que activan fibras que normalmente no trabajamos en el gimnasio. No se trata de quemar calorías, sino de fortalecer desde dentro”, explica Mariel CR
El poder del core profundo
El abdomen suele asociarse con lo estético, pero el verdadero sostén está en el core profundo, que estabiliza la pelvis, protege la columna y mejora la postura. Cuando funciona de forma correcta, el abdomen se aplana, la cintura se estiliza, el cuerpo se alinea y hasta procesos como la digestión y la circulación se optimizan.
“Los hipopresivos hacen cintura porque compactan las fibras musculares profundas. Es como si generarás una faja natural que te acompaña todo el día”, detalla Mariel.
Variantes: tradicional y activa
La técnica tradicional se realiza en posturas estáticas, enfocándose en la respiración y la apertura costal, y es ideal para principiantes. En cambio, la regulación activa incorpora movimientos de brazos y piernas, es más demandante y se recomienda a personas con experiencia o deportistas.
“La regulación activa permite cerrar la diástasis abdominal con más rapidez y mejorar el rendimiento en otros deportes. Es un complemento poderoso”, comenta Mariel.
Resultados visibles y funcionales
Los hipopresivos ofrecen beneficios que van más allá de lo estético. Previenen incontinencia, ayudan a mejorar/reducir la diástasis abdominal y mejoran la postura. Incluso regulan procesos hormonales y alivia cólicos menstruales.
“He visto cambios en solo siete días en programas intensivos, pero lo más común es notar diferencia después de un mes con práctica constante”, asegura Mariel.
Guía para empezar
La recomendación inicial es sencilla: una postura estática, cinco apneas por sesión y dos prácticas a la semana. Con el tiempo se pueden añadir variaciones y combinarlos con pilates o fuerza. Los errores más frecuentes son descuidar la postura, forzar la apnea o practicar sin descanso.
“Los hipopresivos son efectivos, pero no por hacerlos más tiempo verás resultados más rápido. La clave es la técnica y la constancia”, recalca Mariel.
Contraindicaciones
Aunque es un método seguro y no invasivo, existen casos en los que no se recomienda:
- Embarazo: la apnea está contraindicada.
- Hipertensión no controlada: puede adaptarse con supervisión.
- Cirugías recientes: solo se practican tras la recuperación total.
Cómo integrarlos a tu vida
Los hipopresivos no buscan sustituir al gimnasio, sino complementar. Funcionan especialmente bien junto a entrenamientos de fuerza o resistencia, porque ayudan a mantener el abdomen firme, la postura erguida y el rendimiento muscular equilibrado.
“Son invisibles porque nadie ve que los haces, pero los resultados son muy visibles: desde la ropa que te queda diferente hasta la forma en que te paras frente al espejo”, concluye Mariel.
Más que una moda, los hipopresivos son una herramienta de cuidado integral. Al trabajar desde adentro, ofrecen beneficios estéticos y de salud: reducen cintura, fortalecen el suelo pélvico y mejoran la calidad de vida.
Son una opción no invasiva y accesible que cualquier persona puede integrar, siempre con técnica adecuada y, de ser posible, bajo supervisión profesional.
Redes sociales:
Mariel Carmona, Instructora certificada
Instagram: Mariel CR