6 razones por las cuales acudimos a una clínica de medicina estética
Patas de gallo, mejilla caída, mejilla de bulldog, piel derretida…
¡Cualquiera que lea esos nombres y se dé cuenta de que todos están relacionados con los problemas más comunes de nuestra apariencia, se asusta y pierde las ganas de mirarse en el espejo!
Pero no hay necesidad de huir. Además, hablar sobre lo que más nos molesta de nuestro aspecto es, generalmente, la primera etapa de una consulta con un especialista.
Patas de gallo:
Son aquellas arrugas más o menos horizontales que surgen en el lateral exterior del ojo. Son causadas por la ausencia de proteínas importantes, como el colágeno, que le dan firmeza a la piel. Siempre y cuando las arrugas aparezcan con el movimiento muscular (al sonreír, por ejemplo), se les llama arrugas dinámicas. Cuando son muy evidentes, incluso sin el movimiento de la piel, se les llama arrugas estáticas.
Mejilla de buldog:
También ocasionada por la falta de tonicidad y firmeza de la piel, esa expresión describe la mejilla más caída, que resulta en una leve bolsa en la parte inferior del rostro.
Ojeras:
Áreas oscurecidas alrededor de los ojos y que causan mucha incomodidad entre hombres y mujeres. Pueden ser fruto de estrés y falta de descanso, pero también hay ojeras causadas por la hiperproducción de melanina o por la propia estructura ocular.
Bigote chino:
Es aquel pliegue en la piel que surge en la base de la nariz y va hasta la boca, y por eso recuerda un bigote. Es una línea de expresión bastante común, y que puede surgir a partir de los 30 años.
Piel fundida:
Flacidez causada por la falta de colágeno en la piel y que da esa apariencia de fusión. Se puede observar en todas las partes del cuerpo: vientre, cuello y cuello, cara interna del brazo, piernas…
Piel de naranja:
Deformidades en la piel que recuerdan a una cáscara de naranja, también popularmente llamadas celulitis. Aunque no hay consenso sobre su causa, se sabe que la celulitis no es más que un depósito de grasa debajo de la piel.
La buena noticia es que para todas esas eventuales molestias descritas hay un tratamiento.
La medicina estética ha evolucionado bastante, y hoy ofrece procedimientos mínimamente invasivos, de rápida recuperación y con resultados efectivos y duraderos.
Para ello, es importante que hables con un médico especialista, como puede ser un Dermatólogo, un Cirujano Plástico o un Médico Estético con amplio conocimiento en el área. Solo este profesional podrá indicar el mejor tratamiento y administrarlo de forma segura.
Consulta a tu médico.