Piel más tensa a través de la bioestimulación

Cuando notas tus primeras arrugas en el espejo, existe también un proceso que ocurre a nivel profundo de la piel. Durante al menos un cuarto de siglo, tu piel ha tenido que soportar muchos factores externos y, sin embargo, siempre se ha regenerado y, a menudo, incluso se ha reparado. Por fuera siempre lucía tensa, elástica y juvenil.
Así es como se comporta la piel antes de los 30s, pero incluso desde los 20s los compuestos que siempre la han mantenido flexible son producidos cada vez en menor cantidad. En concreto la piel carece cada vez más de fibras de colágeno y elastina. Estos dos compuestos son los que forman un marco estable pero también flexible que soporta las estructuras de la piel, y hacen que esté suave y sin arrugas.
Tanto el colágeno como la elastina están formados por un tipo muy especial de células que son los fibroblastos. Son las llamadas “ fábricas de colágeno y elastina ” de la piel y son estimuladas mecánicamente para multiplicarse. Esto mantiene la piel en equilibrio durante años hasta que comienza a debilitarse: las fibras de colágeno se descomponen gradualmente, lo que también hace que los fibroblastos se “debiliten”. Sin embargo, es un círculo vicioso que podemos romper.
Bioestimulación: estimulación de la piel desde el interior
Existen tratamientos especiales como la Hidroxiapatita Cálcica, que pueden potenciar la capacidad de la piel para regenerarse mediante la bioestimulación.
Son diminutas microesferas de hidroxiapatita de calcio que, una vez inyectado en la piel, simula la actividad de las fibras de colágeno y activa los fibroblastos para producir nuevas estructuras de la piel. Es un tratamiento que debe ser aplicado por un profesional de la salud especializado.